La revista Economía Colombiana comenzó a circular en 1954, cuando Alberto Lleras Camargo se disponía a renunciar a la Secretaría General de la OEA, el organismo continental que él contribuyó a fundar en la Novena Conferencia Panamericana, reunida en Bogotá en 1948, para regresar a Colombia y encabezar el movimiento fundador del Frente Nacional, que cuatro años más tarde lo llevó a ocupar por segunda vez la presidencia de la República. Lleras había desempeñado por primera vez la presidencia entre 1945 y 1946, después de ocupar varios de los ministerios más importantes en las dos administraciones del presidente Alfonso López Pumarejo durante los años de la República Liberal. Su vida pública había estado concentrada en los asuntos políticos, pero también había contribuido a diseñar los programas económicos de esas administraciones.

No es fácil circunscribir la reseña de la actividad pública de Lleras a los años en los que ocupó la presidencia, porque su trayectoria política se confunde con la historia de Colombia en cerca de dos tercios del siglo XX. A partir de 1930 y hasta poco antes de su muerte en 1990 fue protagonista, muchas veces decisivo, en los episodios más importantes de la vida nacional.

Fue uno de los principales actores del proceso de cambio que se inició en 1930 con la elección del presidente Enrique Olaya Herrera, dirigente de primera línea en la Revolución en Marcha que condujo el presidente Alfonso López Pumarejo desde 1934, responsable de la transmisión pacífica del poder a la oposición en 1946, autor del pacto que puso fin a la ‘guerra civil no declarada’ entre liberales y conservadores en 1957, líder de la lucha victoriosa contra la única dictadura militar del siglo XX y primer gobernante del Frente Nacional entre 1958 y 1962.

Pionero de la planificación

Desde su primer paso por el despacho presidencial Lleras Camargo mostró su preocupación por el control de la administración pública hasta en los más mínimos detalles y se empeño en asegurar la preparación adecuada y la ejecución eficaz de las obras destinadas a satisface las necesidades de la población colombiana, sobre la base de planes bien concebidos, calculados y financiados.

En su interés por inculcar en los servidores públicos el hábito del estudio previo y metódico de los programas necesarios para el país y los que puede realizar el Estado se identifica desde el inicio de su vida pública su alta valoración de la planificación, que en su segunda presidencia lo llevó a sentar las bases del sistema nacional de planeación que sigue operando hasta hoy. Un año antes de asumir por primera vez la presidencia en 1945, cuando desempeñaba el Ministerio de Gobierno, sometió al Congreso el proyecto de reforma constitucional aprobada ese año, que concedió la ciudadanía a la mujer, consagró la prohibición del voto a los militares y disminuyó el número de debates para la aprobación de las leyes.

En ese entonces dijo lo siguiente sobre el funcionamiento de la administración pública: “Debe existir una administración estable y una política elástica. El jefe político se confunde hoy con el jefe responsable de la administración. El ministro con el gestor de negocios. Hay departamentos del gobierno que exigirían un gerente a la cabeza. Pero se llaman ministros. Y un gerente técnico que además tuviera que responder a los discursos del Congreso con elocuencia y sagacidad es difícil de hallar”.

Espíritu conciliador

La primera elección presidencial de Lleras, realizada por el Congreso para suceder como primer designado al presidente López Pumarejo, tuvo lugar en un momento de alta pugnacidad entre los dos partidos tradicionales, el Liberal y el Conservador, debido a la cual López Pumarejo se había visto obligado a renunciar. Por este motivo, la ascensión de Lleras estuvo rodeada de una enorme expectativa.

Sus primeras palabras como presidente, en su discurso de posesión ante el Congreso, respondieron a esa expectativa con un lenguaje moderado y un anuncio que sorprendió a muchos porque significó un cambio de rumbo para el país. Aseguró que su gobierno mantendría una actitud neutral en los dos procesos electorales que se cumplirían durante su breve mandato, el principal de los cuales sería la elección presidencial de 1946.

Buscó moderar el conflicto entre los sectores sociales en ascenso, beneficiados por las reformas de López Pumarejo, y el establecimiento conservador, en plena reacción contra el cambio. De esta manera abrió un compás de entendimiento entre los partidos y redujo las tensiones que dominaban el ambiente político ante la perspectiva de aquellos comicios a los cuales su partido se iba a presentar dividido en dos grandes corrientes lideradas por Gabriel Turbay y Jorge Eliécer Gaitán.

LLERAS CAMARGO SE EMPEÑÓ EN ASEGURAR LA PREPARACIÓN ADECUADA Y LA EJECUCIÓN EFICAZ DE LAS OBRAS DESTINADAS A SATISFACER LAS NECESIDADES DE LA POBLACIÓN COLOMBIANA, SOBRE LA BASE DE PLANES BIEN CONCEBIDOS, CALCULADOS Y FINANCIADOS.

Acciones prácticas

Por otra parte, Lleras Camargo anunció un programa práctico de gobierno que se tradujo en varios proyectos de ley. El primero contempló una reorganización de la rama ejecutiva en desarrollo de la reforma constitucional de 1945 y constituyó el cambio técnico más importante en la administración adoptado desde 1886.

Contempló la supresión de dos ministerios y la creación de seis departamentos administrativos dependientes de la presidencia de la República: de Planificación y Servicios Técnicos, de Estadística, de Asuntos Seccionales y Municipales, de Higiene y Salubridad Pública, de Agricultura y Ganadería y de Comunicaciones Eléctricas y Postales. A esto se añadió la presentación de una nueva legislación sobre petróleos, el establecimiento de la Siderúrgica de Paz del Río y el fortalecimiento de la Compañía Colombiana de Navegación, a lo cual siguió la negociación con los gobiernos de Ecuador y Venezuela para crear la Flota Mercante Grancolombiana, constituida dos meses después de terminar su breve mandato.

Fiel a su solemne compromiso de neutralidad y de respeto a los preceptos democráticos, Lleras entregó el mando el 7 de agosto de 1946 al presidente conservador Mariano Ospina Pérez, triunfador en las elecciones del 5 de mayo anterior sobre los candidatos liberales Turbay y Gaitán, y al día siguiente ocupó su curul en el Senado, que dejó el año siguiente para trasladarse a Washington y asumir la dirección de la Unión Panamericana, antecesora de la OEA.

El Frente Nacional

Lleras estuvo al frente de la OEA hasta 1954, cuando renunció en la mitad del período para el cual había sido elegido con el fin de regresar a Colombia y reincorporarse a la política activa. Entonces asumió el liderazgo del movimiento bipartidista que puso fin a la dictadura del general Gustavo Rojas Pinilla en 1957 y estableció el sistema del Frente Nacional que gobernó al país durante los siguientes dieciséis años.

El liderazgo que ejerció en ese movimiento fue reconocido por los dos partidos tradicionales al proclamarlo como candidato para ocupar la presidencia en el primer período bipartidista y refrendado por el voto popular en las elecciones del 4 de mayo de1958 con el mayor número de sufragios registrado hasta entonces: 2.482.948 contra 614.961 obtenidos por Jorge Leyva, candidato conservador disidente y único contendor. Al asumir la presidencia por segunda vez, una de las primeras iniciativas de Lleras fue la de consolidar la planificación económica como una de las tareas básicas del Gobierno. Para cumplirla creó el Consejo Nacional de Política Económica y Planeación (CONPES) encabezado por el presidente de la República y el Departamento Nacional de Planeación (DNP) como la entidad encargada de diseñar, coordinar y apoyar los planes de inversión de los recursos públicos. La importancia que asignó a esta entidad se reflejó en la decisión de establecerla como un departamento adscrito directamente a la presidencia de la República.

El DNP jugó un papel clave en los gobiernos del Frente Nacional, que coincidieron con la etapa más activa de la Alianza para el Progreso, el programa lanzado por el presidente estadounidense John F. Kennedy para impulsar el desarrollo de los países latinoamericanos. La planeación no había sido hasta entonces una preocupación central de los gobiernos colombianos. Durante la vigencia centenaria de la Constitución de 1886 no había adquirido carácter constitucional, aunque varias de las numerosas reformas que se le introdujeron a la Carta apuntaron en esa dirección. Las principales fueron las de 1936, 1945, 1968 y 1986. En la preparación y defensa ante el Congreso de las dos primeras, Lleras participó activamente como miembro del gabinete del presidente López Pumarejo.

CUANDO ALBERTO LLERAS CAMARGO DESEMPEÑABA EL MINISTERIO DE GOBIERNO, SOMETIÓ AL CONGRESO EL PROYECTO DE REFORMA CONSTITUCIONAL APROBADA ESE AÑO, QUE CONCEDIÓ LA CIUDADANÍA A LA MUJER, CONSAGRÓ LA PROHIBICIÓN DEL VOTO A LOS MILITARES Y DISMINUYÓ EL NÚMERO DE DEBATES PARA LA APROBACIÓN DE LAS LEYES.

El Conpes y el DNP

Desde la segunda administración de Lleras la planificación recibió un gran impulso, sobre todo respecto a la ordenación del gasto contemplado en el presupuesto nacional y los planes de desarrollo del Gobierno. En forma paulatina, en la medida en que lo exigieron el crecimiento del país y la consiguiente expansión de su economía, el Estado fue aumentando su intervención en el impulso de  industria, le agricultura y los demás sectores involucrados en el desarrollo nacional.

Como ya se señaló, el momento culminante de este proceso tuvo lugar al comienzo de la segunda Administración de Lleras con la creación del Conpes y el DNP. Bajo su presidencia la planeación recibió un fuerte impulso y las dos entidades creadas se consolidaron durante los años siguientes. Hoy son las mismas que conducen la política económica y la planificación en el país.

En aquel Gobierno también se elaboró el primer Plan Cuatrienal de Inversiones Públicas Nacionales, que sentó un precedente al que los gobiernos posteriores también le dieron continuidad. Algo semejante ocurrió con la elaboración de los planes nacionales de desarrollo, el primero de los cuales fue formulado por la Administración de Lleras. Desde entonces cada gobierno ha promulgado el suyo como la base de su programa económico. Entre las realizaciones de la segunda Administración de Lleras se destaca también la puesta en marcha de la reforma agraria de 1961, que respondió a una vieja aspiración de los gobiernos liberales y que fue adoptada como ley por el Congreso bipartidista a pesar de la resistencia del sector más radical del conservatismo.

Acción internacional

El Gobierno de Alberto Lleras se destacó también por una intensa actividad en el campo internacional. Tuvo una nparticipación destacada en las negociaciones con Estados Unidos que condujeron a la creación del Banco Interamericano de Desarrollo, así como en la ejecución de los programas de la Alianza para el Progreso, que constituyeron una de las etapas más fructíferas de las relaciones interamericanas. Cuando transcurrían los primeros meses de la Administración Lleras el presidente de Brasil, Juscelino Kubitschek, propuso un amplio programa de cooperación hemisférica denominado Operación Panamericana, que fue apoyado con entusiasmo por el mandatario colombiano. En ese momento las relaciones de la región con Estados Unidos pasaban por uno de sus peores momentos y en Washington era evidente la preocupación por la aparición de la Revolución Cubana, hasta el punto de que el presidente Dwight Eisenhower autorizó la invasión de la isla para derrocar a Fidel Castro.

La invasión, como se sabe, se realizó cuando John F. Kennedy ya había sucedido a Eisenhower y fue un rotundo fracaso, pero no significó el final de la crisis provocada por el surgimiento en el hemisferio del primer gobierno revolucionario abiertamente opuesto a Estados Unidos. Esta realidad afectó directamente a Colombia cuando Castro atacó al Gobierno de Lleras por apoyar la convocatoria de una conferencia hemisférica para considerar el peligro de una intervención extracontinental en la isla y en respuesta al ataque Lleras rompió relaciones con Cuba.

CREÓ EL CONSEJO NACIONAL DE POLÍTICA ECONÓMICA Y PLANEACIÓN (CONPES) Y EL DEPARTAMENTO NACIONAL DE PLANEACIÓN (DNP) COMO LA ENTIDAD ENCARGADA DE DISEÑAR, COORDINAR Y APOYAR LOS PLANES DE INVERSIÓN DE LOS RECURSOS PÚBLICOS.

Pedagogía democrática

Aun siendo muy importantes las tareas de la segunda presidencia de Lleras en el campo administrativo, el manejo del orden público, las relaciones con el Congreso y los asuntos internacionales, todo ello ocupó un lugar secundario frente al empeño de reeducación política que caracterizó su actuación al frente del gobierno para convencer a los colombianos de que debían dejar atrás los odios políticos y unirse en busca de la paz.

En los cuatro años de su segundo mandato Lleras convirtió la presidencia en una cátedra de pedagogía democrática. En el contenido y el tono de todos sus discursos predominó el afán de sacar al país del ambiente de confrontación y violencia en el que había estado sumido por más de una década. Y a pesar de su empeño, no consiguió apaciguar a los sectores políticos más radicales ni tampoco a los descontentos, que se aglutinaron en el Movimiento Revolucionario Liberal (MRL) fundado por Alfonso López Michelsen y la Alianza Nacional Popular (Anapo) liderada por el general Rojas Pinilla. Lleras no consiguió resolver los problemas económicos y sociales del país ni aclimatar totalmente la paz, pero logró devolver a los colombianos lo que unos años antes parecía inalcanzable: la posibilidad de asociarse libremente,  elegir a sus gobernantes, ejercer sus derechos y resolver sus disputas sin necesidad de apelar al uso de la fuerza. Por esto, al dejar el palacio presidencial por segunda vez disfrutó del poder, el respeto y la autoridad que muy pocos mandatarios han tenido en la historia de Colombia.

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