ESTRATEGIAS Y PROPUESTAS
Para pequeña y mediana industria
Presidenta nacional ACOPI
En medio de la crisis sanitaria se ha logrado un ritmo que vale la pena preservar una vez superada la pandemia, demostrando que sí existe la capacidad de acelerar el crecimiento con base en los instrumentos que resulten necesarios.
Para pequeña y mediana industria
viernes, 29 de octubre de 2021
LAS MIPYMES SON FUNDAMENTALES tanto en el tejido social como en el económico, representan el 96 % del tejido empresarial, aportan el 40 % al PIB y generan más de 15 millones de empleos. Sin embargo, es un segmento con baja productividad y poca participación en el comercio internacional, donde sus posibilidades de crecimiento sostenibles se dificultan por la inexistencia
de políticas diferenciales que impulsen su crecimiento.
Este desarrollo económico colombiano se encuentra en recesión técnica, producto de la pandemia generada por el coronavirus y por las medidas tomadas para salvaguardar la vida humana. Algunos indicadores como el empleo y varias actividades económicas han venido mostrando una leve recuperación a partir de la flexibilización de algunas medidas por parte del Gobierno nacional.
Para el tercer trimestre de 2020, el Producto Interno Bruto (PIB) colombiano experimentó una disminución anual del 9 %, cifra que para el segundo trimestre del mismo año fue de 15,7 %, esta reducción se explica por la disminución de 9 de los doce sectores económicos que componen al PIB colombiano.
Entre los sectores más afectados se encuentran las actividades artísticas, de entretenimiento y recreación y otras de servicios (-29,7 %), construcción (-26,2 %), comercio, al por mayor y al por menor, transporte, alojamiento y servicios de comida (-20,1 %). Estos sectores presentan desde
marzo del año pasado un desempeño inferior a 0 hasta septiembre a excepción del sector de la construcción que muestra un desempeño inferior a 0 desde diciembre de 2019.
Según el Índice de Seguimiento a la Economía (ISE) desde marzo de 2020 la economía ha venido creciendo negativamente, pues en ese mes fue de -4,4 %, en abril, de -20,5 %; en mayo, -16,2 %; en junio, -16,2 %; en julio, -10,9 %; en agosto, -10,37%; y en septiembre, -7,25 %. Este índice muestra una leve mejoría a medida que la economía se recupera.
Este ritmo negativo de la economía ha generado pérdida de empleo, en marzo había 20 millones de ocupados cifra que en abril se redujo a 16,5; mayo, 17,2; junio, 18,3; julio, 17,9; agosto, 19,2; septiembre, 20,2; y finalmente, para octubre la cifra de ocupados en Colombia fue de 21,2 millones. Cabe destacar que entre abril, mayo, junio y julio, en promedio, se perdieron más de cuatro millones de empleos mensuales.
En consecuencia, la tasa de desempleo se ha visto afectada desde antes del comienzo de la pandemia ya que en enero de 2020 tenía dos dígitos (13 %), a medida que van pasando los meses esta tasa va aumentando, en mayo tuvo su mayor alza llegando a un 21,4 % y en julio de 20,2 %.
En los últimos tres meses, la tasa de desempleo se ha venido desacelerando pasando de 16,8 % en agosto a 15,8 % en septiembre, cifra que para octubre se ubicó en 14,7 %. De este mismo modo, el sector económico que más perdió empleo fue la administración pública y defensa, educación y atención de la salud humana donde en octubre de 2020 se perdieron 254.000 empleos con respecto del mismo mes de 2019.
La economía mundial no es ajena a este golpe dado por el Covid-19. El crecimiento económico mundial venía, desde el 2017, de forma descendente pasando en este año de 3,3 % al 3 % en 2018, al 3,4 % en el 2019 y según el Banco Mundial para el 2020 terminará con una contracción del 5,2 %, mientras que esta misma entidad tiene una perspectiva del 4,2 % para el presente año.
Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), el 2020 tendrá un panorama peor, pues cerraría con un PIB de -7,9 % y para el 2021 se espera que haya una recuperación de 4,25 %.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) muestra un panorama menos agresivo que el Banco Mundial y la OCDE al asegurar que el PIB, al terminar el 2020, se contraerá un 4,9 %, mientras que espera que para el 2021 haya un crecimiento del 5,4 %, siendo mayor 1,2 pps con respecto de las mencionadas entidades.
Por el lado de Latinoamérica, para el 2020, según proyecciones del FMI, tendrá la segunda caída en su PIB, cifra que será -9,4 %, aproximadamente, después de la zona euro que será de -10,2 %. En el 2021, para esta misma organización entre sus zonas estudiadas, América Latina y el Caribe, se prevé que su PIB será de 3,7 %, siendo superior al de África subsahariana en 0,3 pps; 0,4 pps al PIB de Medio Oriente y Asia Central, pero inferior al PIB mundial, al de Estados Unidos, la Zona Euro y la de Asia Emergente y en desarrollo.
Propuestas de reactivación
Para el proceso de reactivación, desde Acopi planteamos las siguientes propuestas con la intención de recuperar tejido empresarial, generar empleo e impulsar el desarrollo económico y social del país.
1. Programa de aceleración de formalización empresarial;
2. Compras públicas como mecanismo de reactivación económica en las Mipymes colombianas;
3. Programa de acuerdos de equidad fiscal y mejora regulatoria territorial para la recuperación económica;
4. Impulsar la demanda interna mediante el aumento del gasto público; y
5. Programa fortalecimiento de clústeres empresariales y de conocimiento para el desarrollo del comercio interregional.
Este último programa pretende ampliar los mercados y recuperar el nacional basado en la estructura clúster que existe en el país y que estratégicamente puede sustituir las importaciones.
Proponemos el modelo operativo de fortalecimiento de clústeres en el marco de un programa de desarrollo de proveedores que consta de cuatro fases:
– ALINEACIÓN CON LA DEMANDA (acercamiento por parte de las empresas anclas y los gestores de proveeduría para identificar los lineamientos de la demanda y acercamiento entre los gremios y clústeres para identificar la capacidad instalada.
– PROCESO DE SELECCIÓN DE PROVEEDORES (a partir de la definición de un perfil de los proveedores requeridos por las empresas anclas y, posteriormente, selección de las pymes potenciales a través de filtros), cierre de brechas competitivas (en colaboración con programas de fortalecimiento desarrollados por actores como los gremios, Red clúster Colombia, cámaras de comercio y actores de ciencia y tecnología).
– CONSOLIDACIÓN Y FORTALECIMIENTO DE CLÚSTERES E INICIATIVAS CLÚSTER (establecer objetivos, marcos de actuación, procesos y métricas de desempeño en referencia a la orientación al tipo de mercado en el que podría generar oportunidades iniciando con un primer nivel de competencia a las importaciones, un segundo de deslocalización de producción, un tercero de cadenas globales de valor, y un cuarto nivel de internacionalización. Esta fase se enmarca en un proceso de transición alrededor de la consolidación de interclúster y clúster transnacionales).
– FINALMENTE, EL MODELO ESTÁ ENFOCADO EN EL SECTOR PRIVADO y en el futuro se propondrá el correspondiente al público. También se le agrega a la propuesta la posibilidad de compartir este modelo con los demás países de la región (de la Alianza del Pacífico y la CAN) para construir a largo plazo cadenas de valor intrarregionales competitivas.
En medio de la crisis sanitaria se ha logrado un ritmo que vale la pena preservar, una vez superada la pandemia, demostrando que sí existe la capacidad de acelerar el crecimiento con base en los instrumentos que resulten necesarios.
Dentro de la emergencia sanitaria nos dimos cuenta de que la transformación digital era importante para los empresarios y hoy observamos que en promedio el 80 % de las MiPymes decidieron hacer uso de esta herramienta, mayormente, para las ventas y el marketing.
Cabe mencionar que a través de subsidios a la nómina y a la prima, el Gobierno ha ayudado a amortiguar el impacto de la pandemia en el segmento más importante de la actividad empresarial que genera más del 40 % del empleo formal en Colombia. EC